Este año nos ha tocado vivir una Martes Santo diferente pero no por ello menos emotivo, como bien sabéis a mitad de nuestra estación de penitencia hizo su aparición la tan temida lluvia. Y a partir de ese momento se precipito nuestro retorno a casa.
Nos quedamos con los emotivos momentos vividos y con el calor que nos transmitió el pueblo de Utrera animándonos en todo momento.
Y no queremos terminar sin agradecer enormemente el gran esfuerzo hecho por todos...desde el primer costalero, pasando por todos los componentes de la Hermandad y hasta el último de los nazarenos.
Sabemos que el esfuerzo ha sido mayúsculo pero gracias a él Nuestros Titulares están en su casa y en perfecto estado. GRACIAS.
De este momento sólo os podemos ofrecer un par de fotografías que muy amablemente nos ha facilitado un gran amigo y también cofrade como es Javier Rivero.