Pese a que nuestros corazones albergaban la esperanza de procesionar, el tiempo no dio tregua, y finalmente nuestras ilusiones se fueron evaporando a medida que la lluvia hacía acto de presencia.
Muchas ilusiones y promesas se vieron truncadas por el mal tiempo, pero sin duda alguna esperamos con impaciencias y contamos los días que restan para el año próximo. Año en el que esperamos que toda Utrera así como nosotros mismos podamos disfrutar de Nuestros Sagrados Titulares en la calle.